No sólo fue el producto que más llamadas de auxilio generó en los centros de soporte de Microsoft, sino el sistema operativo que simplemente no tenía una razón lógica de existir. (Bueno, sí desde el punto de vista del Marketing, pero ese ya es otro cuento)
Windows ME fue criticado por los usuarios por su inestabilidad y falta de fiabilidad. Uno de los problemas más grandes se encontraba en la función de seguridad para “Restaurar el Sistema” que era tan inteligentemente irónico, que incluso hacía copias de respaldo de programas malicioso (Malware) que ya habían sido eliminado previamente del sistema, volviendo a infectar la computadora al momento de restaurar un respaldo.
Obviamente Microsoft lanzó una actualización para corregir este problema, pero el daño ya estaba hecho. Bill y sus secuaces se dieron cuenta que no valía la pena ganarse unas monedas extra al enmascarar el Windows 98 cambiándole el nombre y de pasadita, empeorarlo un poquito.
Windows ME tuvo un ciclo de vida muy corto y fue sustituido por el Windows XP, el primer sistema operativo de escritorio a nivel de consumidor de Microsoft basado en el núcleo de Windows NT. Gran éxito… luego vino Vista… pero de eso hablaremos el 30 de enero del 2017.
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