
En primer lugar, los teléfonos adquiridos a partir de enero de 2013 no podrán ser liberados (desbloqueados) sin autorización de la operadora, debido a razonamientos como el que al comprar un móvil el usuario sólo es licenciatario del software. Otras reglas indican que no estará permitido liberar (jailbreak o root) tablets o consolas, quitar las restricciones a los libros electrónicos, ni tan siquiera copiar DVDs para realizar copias de seguridad o utilizarlos en dispositivos sin lectores ópticos.
Por suerte, algunas de las reglas al menos tienen excepciones, como el permiso de quitar DRM de ebooks si es para uso de personas con discapacidades, o el punto que permite copiar DVDs si se hace con fines educativos o de análisis (como el uso en un documental o en trabajos periodísticos), o por servicios de distribución en línea debidamente autorizados.
Aunque apoyamos la protección de los derechos de autor y el pago justo por el esfuerzo puesto en la creación de contenido, las reglas de la Biblioteca del Congreso causan más daño y malestar que beneficio. Por ejemplo, prohibir la copia de un DVD para hacer un respaldo o reproducir videos en un tablet es simplemente anticuada, no permitir liberar un tablet o consola es injusto para quienes nos consideramos dueños de nuestros dispositivos y la prohibición de desbloquear teléfonos es simplemente ridícula (aunque eso se puede decir de toda esta ley).
Aunque podríamos borrar nuestros teclados con críticas a la ley y análisis justificando nuestra oposición, dejaremos que seas tú quien haga ese ejercicio mental, aunque hacerlo te cause dolor de cabeza y malestar estomacal como posiblemente lo hará en este caso.
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