Parece que la trama se repite. Si hacernos años ocurría una situación similar con Windows Vista, Microsoft sigue con su teoría de dar ese valor añadido y dejar la nueva versión de DirectX para su nuevo y flamante Windows 8.
Si bien es cierto que a Windows 8 no le va nada mal, ya ha conseguido hasta cuatro veces una adquisición más rápida que en la versión anterior, esto también es debido a su bajo precio de actualización, que permite al usuario acercarse más al sistema operativo. Por otro lado, la estrategia del DirectX parece ya algo anticuada.
Aunque sólo parezca por su nomenclatura una actualización menor, DirectX 11.1 trae bajo el brazo grandes novedades, cono la inclusión del 3D estereoscopio de forma nativa.
Las últimas declaraciones de Microsoft al respecto indican que no tienen plan para llevar la nueva plataforma a otros sistemas operativos.
Los desarrolladores de videojuegos no están muy contentos con la nueva plataforma, y a día de hoy aun vemos muchos juegos desarrollados en DirectX 9. No sabemos que ocurrirá en el futuro pero a día de hoy, Microsoft no tiene planes para ello.
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