Está claro que una de las grandes dependencias a la hora de desarrollar nuevos terminales de hardware, es el suministro de energía, o la cantidad de esta que dichos equipos electrónicos consumen. A día de hoy, las baterías de ion litio se han establecido como un estándar entre los dispositivos móviles, pero son muchas las características que se pueden mejorar de estas: Su tamaño, precio, peso, seguridad y sobretodo cantidad de energía que pueden suministrar en un determinado espacio de tiempo.

Los principales inconvenientes de las baterías de iones de litio es que su duración es limitada, ya que en el caso de las baterías convencionales, en el mejor de los casos estas no duran más de 1000 cargas aproximadamente. Además su fabricación es muy costosa y pueden calentarse hasta llegar a explotar, debido a que en su fabricación se emplean materiales altamente inflamables.
Una batería detonante no es un caso aislado, ya que no hace mucho hubo varios casos reales de usuarios que tenían equipos portátiles de Sony y Lenovo, siendo quizás el más sonado un prototipo de vehículo solar propiedad de la Universidad Americana de Oregon, que llegó a explotar debido al calentamiento extremo que sufrió su batería de ion litio.
Estas tradicionales baterías están basadas en células que contienen un separador de polímeros porosos, y ahí es dónde entra en juego en nuevo polímero de gel descubierto por la Universidad de Leeds.
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